martes, 26 de febrero de 2013

Cuentos diferentes.

No estáis destinados a estar juntos. No hay más. Por mucho que ahora vuestros caminos estén fuertemente unidos, es inevitable que en un futuro no muy lejano, se parta en dos, y cada uno camine por donde el otro nunca pisará. Tú llevas las zapatillas de un cuento, una historia que pretendes vivir a tu manera, sin ataduras y molestaciones sobre como llevar las cuerdas; ella es protagonista de un cuento bien diferente, donde sólo importa su corazón. Al principio esta bien verse de vez en cuando. Darse amor nunca fue malo. El error radica cuando lo llamáis sexo, cuando detrás de todo hay mil vivencias repletas de cosas que hacen la gente que se ama. Tanto es así, que radicalmente ese amor se esfuma. Simplemente no estáis diseñados el uno para el otro, no estáis moldeados para jugar al mismo juego, sois dos piezas que ni si quiera son del mismo puzzle. Estáis llanamente atados a sentir la misma paz y posteriormente la misma rabia una y otra vez. Un días estáis absortos el uno por el otro y os dais vuestra mejor sonrisa, y al día siguiente os refutáis como el aceite y el agua, os rechazáis el uno al otro y deseáis de la manera más sorprendente no volver a veros nunca. Y no importa las tantas lágrimas que hayáis derramado el uno por el otro, porque vuestro destino es vestir dramas diferentes, lejos el uno del otro.
Lo sé, no importa una mierda lo que la gente os pueda decir, tomáis vuestras propias y peligrosas decisiones, vivís la vida como pretendéis que sea. Y así es como me gusta, así es como debe ser, que no escuchéis las muchas críticas que os quedan por llegar. Pero cuando reviente todo cada uno bailará un tango bien diferente. Sois dos personas que estáis libremente atraídos. Tu hacia ella. Ella hacia ti. De una manera irracional, de una manera exacerbada, pero que un día quien sabe porque rara razón, pasáis a ser dos personas que al tocarse se dan la más fuerte y mala electricidad, y así como de un plumazo cada uno se dirige al lado opuesto donde el otro se encuentra. Convéncete. Os olvidaréis... Y será la peor idea que habréis tenido nunca...


¿ Quién no ha vivido esta extraña atracción alguna vez?
Todos.Seguro.
Es así de triste. Pero un día encuentras lo más parecido a la felicidad, y al día siguiente te percatas de que ese molde no esta hecho para ti. Que vuestras manos no están escritas para tocar la misma piel. Decir adiós ya no es de cobardes, si así te haces un favor.


"Y todo fue perfecto. No existía nada más que el verano, tu y yo... Nada podía rompernos el corazón ni la sonrisa..."
¿O si?



domingo, 24 de febrero de 2013

Loca.


El sol peina las montañas dando un cálido respiro a la naturaleza sofocada por las gélidas noches. El mundo comienza a levantarse para afrontar, de nuevo, el día. Un rayito fino y suave se cuela por una persiana recientemente colocada. La almohada, paisaje de sueños y consultas varias, vuelve a su estado natural, cuando alzo mi cabeza abrumada por la llegada de ese gran día.
Un desayuno como otro cualquiera. Café, galletas, tostadas. Saben diferentes. Impresiona saber, como dependiendo del potencial y la calidad del día todo tiene un sabor especial. Las gotas seguidas y espesas caen libremente sobre mi cuerpo, mezclándose con un gel olor vainilla. Dan ganas de comérselo.
Fuerzas, esas que hoy no me faltan, se hacen eco en una despedida, como mucho inesperada.

- Volveré pronto, más bien cada poco- digo sin demasiada tristeza.

- No deberías irte, no deberías arriesgar ¿acaso no has aprendido de la otra vez que lo dejaste todo y te fuiste con un chico? Estás loca.

Loca, así me llama mucha gente. Arriesgar, dejarlo todo y lanzarte al más misterioso mundo lejos de todo aquello que consideras tuyo, efectivamente, es de locos. Dicen.
Pero la locura como la mayoría de las cosas es muy relativa. Es relativa porque depende del punto de vista que se mire y de quien la posea. Todos tenemos un punto de locura en nuestro interior, pero cada uno, de acuerdo con sus convicciones y el momento parcial que está viviendo, decide si es el estado preciso o no, para potenciarla y sacarla a la luz. Así de sencillo es. Para ser justos, he de decir, que todos tenemos la sencilla facilidad de ver la locura ajena, entre otras virtudes y defectos, incluso, la facilidad de criticarla, ignorarla, sofocarla, alejarla y refutarla cuando alguien que no eres tú la deleita libremente.
Pero siendo franca ¿Qué hay mejor que estar loco? El loco es feliz, ignorante, sin preocupaciones, sólo capacitado para ver y absorber aquello que le hace reír, idealista, iluso, soñador y lo que más me gusta, el loco no pregunta por qué, no duda, ni vacila si hacer ciertas cosas o no hacerlas, el loco actúa, se deja llevar, como las olas arrastran al más minúsculo pez. ¿Qué cuerdo no desearía tal embriagador y excitado estado? Ninguno, estoy segura.
El loco vive el momento, hace lo que quiere y lo que sus impulsos le dictan en cada preciso momento de su vida; y si el camino se tuerce y la jugada es fallida, el loco simplemente se queda con lo que ha vivido y la libertad de poder saber lo que ha pasado, habiéndose quitado el peso de la duda.
Si señores, si dejarme llevar e irme con la persona que mueve y bombea cada músculo de mi cuerpo, si guiarme por lo que verdaderamente quiero dejando a un lado el más asqueroso pensamiento de culpabilidad moral, si querer respirar el mismo aire que el chico de mis sueños respira, es estar loca, sí, estoy loca, y mucho además.

- Adoro estar loca- Dos suaves besos nos despide, hasta pronto...


Alguien dijo algún día:
"La risa, ella sola, ha cavado más túneles útiles que todas las lágrimas de la Tierra."




Construir.


Calles mojadas,
tristes, locas  y desoladas,
el miedo que sientes
A estar aprisionada.

Adentrarte en el mundo,
saltar, llegar
con tu corazón moribundo.

Descubrir la vida,
un viaje corto,
la fortuna fallida.

El áspero sentimiento,
construir tu mundo
 y moldear el cimiento.

sábado, 23 de febrero de 2013

Personas.


Personas. Esas que marcan el principio o el final de una vida. Así es. La vida funciona así, conoces a gente, algunos se quedan y nunca se vuelven a ir, otros, en cambio, sólo pasan de visita. Todos ellos fabrican poco a poco lo que luego serán recuerdos. Y no importa que dejen algo malo o bueno en ti, siempre aportarán algo a tu existencia.
Hay personas que se cruzan en tu camino y aportan las más maravillosas de las cosas, pero luego quien sabe por qué factores todo da un giro inesperado, y pasan a ser personas que no te dejan avanzar. Al final acaban marchándose lejos, lejos, al menos, de tus intereses, dejando el aprendizaje de lo que en un futuro no quieres ser.
Otras personas, llegan como si nada, como el agua recién caída, y gota a gota, van adueñándose y equilibrando el camino. Muchas veces, incluso, hacen que tomes bifurcaciones distintas a las que te esperabas, pero que finalmente construyen una buena y bonita vida. Esas personas se quedan para siempre a tu lado, y aunque estén físicamente lejos de ti, siempre las tendrás presentes.
Hay algunas personas que entran en tu vida de una manera sospechosa, tanto que te avisas a ti mismo de que su paso ante ti será, poco más que temporal. Sin quererlo, te dan cosas tan especiales, que incluso moldean tu forma de ser. Esas personas te hacen cometer errores, y también muchos aciertos, pero un día, sin saber muy bien el porqué, y siempre en contra de tu voluntad, se marchan; vuestros caminos toman hondas diferentes, cada uno, creo, que hacia lugares muy distanciados. Pero siempre habrás aprendido excelentes cosas de ellas.
Y luego están esas personas que vienen sin ser avisadas, que entran sin ni siquiera abrirles la puerta; que son tan dispares y diferente a ti, que deseas ferozmente alejarlas de tu camino. Esas personas que a veces son hasta de ciudades distintas a la tuya, que son el polo más opuesto que te podrías encontrar, que por encima de todo intentas esquivar. Son esas personas que se te antojan y te dices: " sólo un ratito" pero que al final, sin quererlo e incluso sin saberlo, van quedándose a tu lado, hasta tal puto que tu camino no tiene sentido ya sin ellas. Se quedan, para siempre. Nunca, ya, se irán. Dichas personas te ayudan, te apoyan, y se unen de una manera sobrenatural a ti. Con ellas te harás mayor, y compartirás tantas cosas que tus facciones parecerán las suyas. Esas personas son por las que cruzaras océanos de tiempo para encontrarlas y quedarte a su lado.
Todas ellas, te enseñarán, te ayudan a fabrican un mundo, el tuyo, una vida y un camino que serán de tu pertenencia.

"La vida se trata de conocer individuos interesantes con quienes te cruzas de manera que nunca creerías"







¿Quién?



El café recién molido
del mordisco de tu boca,
que los años que han pasado
tú sonrisa ni lo nota.

Aroma imperfecto
mi carmesí y su secreto.

Frenética locura
traspasemos la cordura.

La nieve es calor,
blanca e impoluta
nos acompaña en cada lucha.

Nubes y tristeza
quien cada noche te reza.

Olas que me ahogan,
¿Los recuerdos quien los sopla?

El miedo a lo pequeño
y buscarte en cada sueño.

El recoveco escondido
encontrar lo perdido.

Pensar en ti, un pecado,
las lágrimas que has secado.

¿Quién te quita el aliento?
¿Quién te cuenta lo que siento?

¿Por qué lloras si no me ves?
¿Quién te recuerda que te esperaré?

¿Quién te ayuda a renunciar?
¿Quién te quita las penas y te enseña a volar?

¿Por qué nos robaron la vida?
¿Por qué tu alma esta en sequía?

¿Quién responde tus preguntas?
¿Por qué sufres y te asustas?

La cueva oscura de vivir,
verte de nuevo y sonreír.

Aquí o en el cielo,
 siempre sabrás lo que te quiero.

viernes, 22 de febrero de 2013

Gente.




Oí un mal día que una tierna niña decía " el mundo es muy cruel"
No tuve más remedio que dejar que mi mente sobre volase los más misteriosos pensamientos acerca de esta afirmación real e importante.
Es imposible ser la persona más afín para todos los seres humanos. Es imposible que caigas bien a todos o que todos te quieran tal cual eres. El mundo es cruel porque existe la envidia. La gente quiere tener lo que tú tienes, e incluso desea que nunca alcances lo que deseas tener, algunos, no todos. El mundo es cruel porque el mínimo error típico y humano pasa temporalmente de boca en boca hasta lastimar el más limpio corazón. No podemos hacer nada, la vida es así. La gente pasa la vida hablando de otra gente, criticando, odiando e impregnando de mal rollo cada bonito momento. Nos hemos convertido en pequeños vampiros chupa sangre, queremos todas las cosas materiales que en el mundo puede haber, y cuanto más tienes, más quieres tener. Así somos las personas, llegamos, consumimos todo lo que podemos y luego nos vamos. Así es.
Ya se decía en algunas reuniones filosóficas, los que menos tienen aguantarían mejor una época de carestía que todos aquellos que gozan de los mejores manjares materiales. Es imposible no sentirse inferiores ante aquellos que pueden tenerlo todo sin la mínima lucha posible. Vamos a mirarlo de un modo más positivo: si algunos ocupan gran parte de su tiempo hablando de lo que te falta o de lo que tienes, ya sea mucho o poco, es que verdaderamente si eres importante. Porque al fin y al cabo es divertido que aquellos que desean que te ocurra lo peor tengan que soportar que te ocurra lo mejor. Malgastan aquello que no regresa: el tiempo, hablando sólo de ti. ¡Qué bien! Pero recuerda que si hay algo peor a ser olvidado, es que alguien guarde un mal recuerdo de ti, ocúpate de eso. Sólo de eso.
Al final el tiempo deja mella en todos, y tengas lo que tengas aquí, al final la vida será una partida de ajedrez, y cuando la partida termine todos dormiremos en el mismo cajón.


"La vida es un baile vívela con elegancia"

martes, 19 de febrero de 2013

Rarezas.


Soy una mala perdedora, que se le va a hacer...Me levanto cansada con la mirada prácticamente instruida hacia dónde mirar, hacia que ver; directamente me regodeo entre unas sabanas que con sutileza me abrazan agobiantemente. Decido no pensar, decido no sumergirme en ningún tipo de idea, o esencia, decido que es mejor parar de vez en cuando, y preguntarte qué hacer con tu vida.
Ya te lo dije, lo siento, la vida no es un cúmulo de casualidades, la vida es una putada. Y me doy  cuenta que es ahora cuando te necesito para darme un buen consejo, porque mi mente ya no está capacitada para pensar por sí sola, me abruman las ideas juveniles que todos a esta edad tenemos.
Ya lo sabes.
No hay ni una sola noche en la que no sueñe contigo, y eres la causa del temor a adentrarme el interminable mundo del descanso, más bien a mi me agota. Me agota soñar contigo, me agota querer tocarte y no conseguir más que un roce, que a la mañana siguiente es una ilusión vana, que se va, que se esfuma, que no vuelve.
Los días parecen anormales, parecen extraños. Y ahora lo veo claro. La rara soy yo.
Tú que te reías conmigo cuando yo lloraba, yo que escribía poesías el día de tu cumpleaños, tú que sabias que tendría el don de expresar los más afines sentimientos a través de la palabra.
Siempre decías: “ten fe”, y yo, que no entendía nunca su significado te decía: “explícamelo una vez mas”; y tú cansada me repetías: “La fe es la creencia o la confianza ciega en algo o alguien”, y que rarezas, sigo sin entenderlo. No creo en ella.
No me acostumbro a estar sin ti. Siempre seré como tú, una ilusa soñadora que sin alas le gusta volar, que quiere cosas que nunca nadie podría pensar, que piensa más de lo que debería pensar.

Ya lo decías: “las grandes personas se llevan en el corazón” y ahí es donde estás tú.

Leer entre líneas.


Un día me dijiste que querías estar sólo. Yo, intentando ser la mujer más comprensible, me marché, te dejé solo en la multitud de miedos capaces de venir y obligarte a sentir mal. No sabíamos que días o semanas o quizá más, eran necesarios para volver a abrir tu corazón; el tiempo, cruel y loco, no dejó de pasar, las noches empezaron a hacerse más largas y los días más fríos y lúgubres, el invierno se hizo notar. En la calle ya casi no había cavidad para socorrer a ninguna alma solitaria, y mientras yo esperaba ansiosa a que me dijeras: "necesito de tu compañía" tú te ibas marchitando como una rosa llena de vida que es arrancada sin piedad. Todo tu mundo había decidido dejar de girar, había decidido dejar de ser lo más parecido a una vida; pero el resto del mundo seguía corriendo, al mismo ritmo rápido de siempre. Nunca llegaste a pedirme que regresara.
Pero es entonces cuando mi mundo también paró, y me percate de que no había sido capaz de leer entre líneas y que detrás de ese " déjame solo" se escondían las ganas desesperadas de un abrazo acogedor y un " nunca voy a irme de tu lado"
Corrí tanto como mis piernas me lo permitieron. Casi nadaba entre la gente, intentado hacerme un hueco para llegar a ti. Y ahí estabas tú, solo, como ya casi me esperaba.
Su cara era casi transparente al lado de una pared de un blanco perfecto. Hablaba por sí solo, me contaba lo triste y desolado que había estado durante estos pocos días, de cómo habían parecido un tiempo mucho más largo. Sus ojeras parecías un lago con mil historias de tristeza por contar.
Sólo supo decirme " te odio". Un golpe seco me aplastó el corazón, y el mundo se paró de nuevo. Pero entonces el golpe quiso darme un respiro y entendí que de nuevo debía leer entre líneas. Un abrazo fuerte nos unió para no separarnos nunca más.

Eso es lo que se debe hacer. Detrás de un "te odio" se esconde el más sincero te amo. Detrás de un "déjame en paz" están las más absolutas ganas de que alguien se quede aquí, a tu lado, haciendo compañía a tus ganas de llorar.
Somos así de complicados y misteriosos, decimos una cosa cuando queremos decir otra totalmente contraria. Pero así es el ser humano; lo lógico en comprender a la persona que tienes al lado, por muy marítimo y distanciado que pueda parecer.

"Para sobrevivir sólo necesitamos una persona que nos quiera de verdad"





domingo, 17 de febrero de 2013

En la calle.


Los copos de una nieve blanca y redonda se posan por la verde hierba dejando una fina, por ahora, capa. Un avión en lo alto deja dos gordos hilos de humo, llenos de contaminación. En la calle, las líneas de una carretera se difuminan por el desgaste de ser pisadas. La gente se dirige a direcciones opuestas cada uno, supongo, a un lado diferente. Las terrazas ya no son terrazas. Las sillas se amontonan unas encima de otras, unidas fríamente, por una cadena oxidada, mugrienta. Toman café caliente, ardiente, para calentar si es posible un estómago vacío. Los empresarios lucen un traje de negro impoluto, no sueltan su maleta, quien sabe que secretos puede haber allí guardados. Algunos obreros, en cambio, buscan desesperados en sus bolsillos de un mono azul con su blanco rasgado, las monedas justas para pagar el desayuno. Los niños tristes caminan sin ganas, cargados con una mochila con demasiados y gordos libros, a un colegio falto, a menudo, de calefacción. Los más mayores, escriben desesperados con su móvil, pocos de ellos repasan el examen de hoy. Un joven, alto, moreno, de unos ojos de un cristalino verde, discute con su cansada madre, sobre cuál es la razón que debería impulsarle a estudiar:

- Mamá, paso de ir al instituto, no me sirve de nada, todo lo que estudio es una auténtica mierda.

- No digas eso. Todo lo que aprendas te ayudará en el futuro, mírame a mí, que por no haber estudiado ahora me toca trabajar de sol a sol. Además alguna asignatura te gustará ¿No es así?

-Sí, la filosofía.

-¿La filosofía? Justo la que menos te enseña, justo la que no te ayudará en el futuro. Ya podrían gustarte las matemáticas.

- ¿Matemáticas? ¿De qué sirven las matemáticas, si las cuentas secretas de TODOS los altos político no admiten ninguna norma matemática? Se la saltan, de eso sirve. Normas, sumas, restas, multiplicaciones... Todas ellas falsas.
La filosofía me enseña cosas sobre la vida. Cosas que en la calle me pueden ayudar a tomar una buena o mala decisión. Moral, me da moral, me da ética, valores... Me ayuda a preguntarme miles de cosas. Y me enseña a que cuanto más sepa, más ansias tendré por saber. !
¿O nunca has escuchado eso de: "daría todo lo que sé por la mitad de lo que desconozco" ?Eso pone la filosofía en mi. Me enseña a que estamos engañados... No me sirve de nada estudiar, esforzarme en sacar la mejor nota, cuando no hay diferencia entre tú, que no has tenido la suerte de estudiar, y aquellos universitarios agotados por la carrera acabada, que salen a la calle y terminan limpiando calles.

La madre de un pelo, que no conoce hace días el agua de la ducha, se queda callada.
El autobús urbano lleva ya 10 minutos de retraso, lleno, a más no poder, transporta personas a la cola larga e infinita del paro. Un puesto de churros se encuentra desolado, en una calle que desde hace tiempo no recuerda la rutina. Esa rutina de las reuniones mañaneras con las amigas o compañeras donde un café, no era sólo un café normal, era el café que te ayudaba a afrontar una larga jornada de trabajo. La rutina, de las prisas en la calle, prisas porque el minutero, hoy, a decidido adelantarse. La fantástica rutina de "un buenos días" al más asqueroso jefe, o el guiño cómplice entre compañeros, que un día pasaron a ser mucho más que eso. La rutina simple, de compartir comida en un bonito restaurante. O de, satisfactoriamente, compartir un tupper de sabrosa comida casera. Incluso, el cigarro, excusa perfecta, para pegarse un descanso y charlar sobre los cotilleos sexuales de la oficina.
La gente ha perdido el rumbo. Ya ni siquiera están contentos. Los rostros resquebrajan la más absoluta tristeza, de haberlo perdido todo, hasta los sueños más dormidos.
La nieva ya ha decidido parar, hasta la naturaleza decide no regalarnos ni un punto de alegría. La lluvia, ahora, se deja caer libre. La gente incluso, prefiere mojarse.
Así va todo, de mal en peor. Y el dolor de las personas se magnifica día a día, a los demás sólo nos queda luchar, si es que las fuerzas lo permiten.

"Esperas algo persistentemente y al final no pasa nada excepto el tiempo"


La noche llega.


La cara descompuesta,
las ojeras malvas,
de quien te ve y no te salva.

El latigazo del temporal
de quien te roza y luego se va.

El vino en tu garganta,
la dulce melodía
de quien a tus orejas canta.

El caminar irregular,
los pasos en falso
de las nubes al despertar.

De tus lágrimas secadas
de tus escondidas escapadas.

Las mentiras en la boca,
del fantasma que te invoca.

Te sientas y te acomodas,
mientras las flores brotan.

Y el tiempo sigue avanzando,
tú te pudres y te ahogas gritando.

La luna mece,
tú te creces.

La noche te acompaña
con las drogas tú te ensañas.

Tus ojeras malvas regresan
y tus llantos ya no cesan.

Camino andado.


Mirar hacia atrás
y ver el camino andado.

El empuje descompuesto
de nuestros ojos mojados.

Los errores enterrados
de los temores ya superados.

Las personas exquisitas
que conocemos, amamos
y hoy día añoramos.

La triste melancolía
de los apretados abrazos en la noche fría.

Cruzar la tierra del tiempo
y de nuevo encontrarte,
que seamos solo uno
en el juego de amarte.

sábado, 16 de febrero de 2013

El bucle de tu vida.




El tren corre como si el tiempo no fuera necesario, los pasajeros intentan hacer que las próximas cuatro horas caigan rápido en el minutero. Algunos, al fondo, leen un libro, hacen una pausa sencilla, transitoria, tal vez les llegue un mareo de vez en cuando. Otros se ponen unos cascos; la mayoría para escuchar, supongo, música, el resto para ver una película maltratada por los años. Algunos jóvenes se van al vagón-bar donde se piden una cerveza fresca. Un chico tímido mira de reojo a una mujer rubia despampanante. Él, en cambio, deja pasar el tiempo. Realmente no le importa demasiado lo mucho que pueda tardar el tren en llegar a su trayecto final, lo que verdaderamente le importa es alejarse de esa ciudad, la ciudad donde ha compartido los más sinceros momentos con su ahora ya ex novia. Dolor, eso es lo que siente. Nunca había sentido la punzada directa de un corazón roto. Él, que siempre se reía de todas esas personas que aseguraban que el amor era la peor sintonía, aquellos que decían que estar enamorado era maravilloso, pero que intentar dejar de estarlo era la peor experiencia del mundo. 

No hay duda, una puñalada seria menos dolorosa. El mundo entero se encarga de buscar loca y desesperadamente el amor ¿Por qué, si nadie sabe el antídoto que calme su dolor? es de masoquistas sentir que eres naufrago, y cuando vuelves a ser el que eras, volver a meterte en el meollo y enredarte en tu propio pelo. Te enamoras, vives rápido y felizmente, todo ahí afuera tiene sentido, significado, aún siendo la vida una mierda; todo lo que te rodea se borra tal que una goma borra la huella de un lápiz, así de sencillo. Y los días, todos ellos, son ahora soleados, aunque en la calle diluvie, todo es de color brillante, cada mala noticia se arregla con un simple beso. Y así, un día y otro más, y cuando te das cuenta han pasado ya unos cuantos años. Pero claro, cuando el amor se va y no es por tu parte, o una tercera parte decide romper tus mejores sueños, o simplemente una de las dos partes de apaga, el tiempo se hace tenso, sofocante, inaudito, escurridizo, extranjero, incoherente e incluso una hora parece un día entero, gris y asqueroso. Y empiezan los llantos y todos esos problemas que días atrás tapabas con ese simple beso. No sabes que hacer, que decir, como volver a nacer. ¿Qué hay más pesante y triste que la persona que más quieres no quiera estar a tu lado? No hay nada, un océano oscuro y delicado. Pero cuando vuelves a levantar la cabeza, y sales de ese pozo hondo, todo parece volver a cobrar sentido, y es entonces cuando te dices que has sido un autentico estúpido y que has perdido el más valioso del tiempo derramando lagrimas por alguien que ni si quiera las merece. Te dices: “ahora tendré cuidado” pero es que simplemente, no engañes, te mientes. Un día llega esa persona que te enseña de nuevo a volar, que te saca las mejores sonrisas, y que te devuelve los sueños que la otra persona se llevo consigo. Y sin saber cómo, cuándo y dónde te encuentras otra vez perdido, enamorado hasta las trancas. Y así constantemente empiezas un bucle sin fin.

Así se siente él, destrozado, sin ganas de seguir viviendo. Ha dejado toda su vida, sus más anhelados sueños, sólo para no tenerla cerca y le entorpezca en su camino. Así, además de perder ese “gran amor” ha perdido todo por lo que siempre ha luchado, y ha decidido irse a casa de su mejor amigo, encerrarse en la más oscura habitación hasta que el dolor se vaya lejos.

He ahí el antídoto para el desamor. Es evidente que no es lo mismo ver el toro desde la barrera, y que lógicamente no es igualitario hablar desde fuera que vivirlo desde dentro. Pero es ahí donde radica el error de las personas, se dicen: “el tiempo lo cura todo” no señores, el tiempo no cura una mierda, lo que cura es lo que se hace en ese tiempo. Si decides alejarte de todo lo que un día formaba parte de tu vida e irte lo más lejos posible, es fácil que todo te parezca mucho más costoso, pues no solo tendrás la dura carga de olvidar a esa persona, si no la penosa carga de volver a construir tu ahora pisada vida. Si te encierras en la habitación solo sin nada ni nadie, quizá te estés perdiendo los más maravillosos de los días. Si decides no relacionarte con absolutamente  nadie, dudo mucho que tengas un hombro en el que ahogarte. Sin embargo, si aún con pena te quedas en tu lugar de origen y continúas con tus costumbres el único peso que tendrás por delante es quitarte de la cabeza a esa persona. Si en lugar de quedarte en casa, sales y disfrutas, los días poco a poco volverán a tener luz, y si en lugar de construir un camino solo, te relacionas con aquellas personas que no sólo te quieren sino que además te apoyan, ellos te ayudaran a salir del paso, pues muchas fuerzas pueden más que una sola. Así es como puede ser más fácil todo. Pero recuerda, debes estar preparado, porque aunque creas haber aprendido, el amor volverá a borrar todas las experiencias de tu mente y el bucle de tu vida seguirá girando.


 “Encuentra lo que te gusta mirar y míralo”

viernes, 15 de febrero de 2013

Jugar a una tragedia.

Y no mires si te asusta, y no llores si te duele, sólo cierra los ojos y ábrete al infierno. Intenta dormir en el preámbulo de una noche sostenida por los halagos. Y no recuerdes tiempos mejores, no pienses tampoco el los próximos peores, cierra los ojos y ábrete al camino e intenta no escurrirte en los más siniestros sueños y olvidarte de sentir. Y piensa en la posibilidad de saber usar bien la luz en una incansable oscuridad. Que no te llamen y que no te molesten, cierra los ojos y ábrete a la vida. Duerme, sólo duerme aunque te trastoque la idea de no poder disimular...

"Ya no peinas mi pelo son los dedos del viento"

miércoles, 13 de febrero de 2013

Amores que se temen.


Los suspiros que se duermen,
el mecer de la noche en blanco
de los amores que se temen.

El despertar y el sonreír
incoloros, suspiros pesantes
tu alma y la mía aquí.

La tarde que pesa insuficiente
el descaro, la torpeza,
y la suerte de tenerte.

Los labios sudados que se muerden,
el desdén del nerviosismo,
la virtud de cuando el ceño tuerces.

Amar, sentir, tal vez soñar,
eclipse fortuito
tus pies al caminar,
corazón que resucito.

La incógnita del piélago,
el ahogo escondido,
con mi voz yo te alago,
Tu semblante boquifruncido.

martes, 12 de febrero de 2013

Morir.


Morir, un término inconstante que se me antoja desquiciado ¿Qué tantos temores la gente le tiene, que sufrimiento e imploro causa, para ser sin duda el final más temido? La muerte, el más oscuro y enigmático destino, el más viejo amigo que nunca falla, que llega, siempre, tarde o temprano. Un lanzamiento directo hacia lo desconocido, hacia la nada, a miles de alturas por subir. Desconocer lo que está por llegar y venir resulta tan significativo, como para que las pisadas del descaro de la muerte, nos persigan hasta en momentos terrenales, hasta que decide hacerse notar. Las garras feroces y afiladas se presentan, sin si quiera llamar o avisar, y te arrebata de un soplo el último y ahogado aliento. Finalizar una luz que merecerá, tras su paso, lucir ya oscura. ¿Quién sabe que cosas esperan al cruzar? La gente y criaturas que lo saben, mala suerte la nuestra, ya no están aquí para contarlo. La incógnita sospecha de encontrarte, con fortuna, a alguien que desde hace tiempo no veías.

Morir, pasar a dejar de ser. Quién sabe, tal vez el cuerpo sea el que desfallezca y se halle perdiéndose en la tierra, y el alma, la mente, o lo que sea, se aproxime a mundos paralelos, diferentes nada más. El contraste de perder lo que aquí tenemos, o tal vez, ganar mucho. Un precipicio llano, oscuro o con luz, la negrura o la blancura. Un océano abierto, tan grande como para no saber nunca que se esconde tras él. Morir.

Ya lo dijo Shakespeare:
"Morir, dormir… nada más; morir, dormir, dormir… quizá soñar.


Tenías prisa.


Ya casi veo muy lejos el día que te dignaste, como sólo tú podías, a venir al mundo. Echando la vista atrás, recuerdo como nerviosamente fuimos todos a esperar tu llegada, con miedo de que tu mamá pudiera pasarlo mal. Me acuerdo también, de lo cerca que estabas de ese fatídico, feo e imperfecto 27 de abril, de cómo llorar por tristeza se convirtió, inconscientemente en lágrimas de alegría. Una noche, no tan fría como esperaba, una noche que dejó de ser normal y dejó paso a otros mejores asuntos por celebrar. Tenías prisa, demasiada prisa, prisa por ver que tan buenas cosas te quedaban por vivir, que especial sorpresa de juguetes, ropa y demás te esperaba al llegar a casa. Tenías prisa por venir, por llegar pronto, seguramente querías disfrutar del día de la madre, seguro que sí. Recuerdo incluso, como nos confundieron, equivocadamente, y nos hicieron creer que eras una chica, da igual, te queríamos mucho antes, incluso, de que nacieras. Por suerte, y como debía ser, tu nombre seguiría siendo Asier. Me alegra mucho que tengas ese bonito y abundante cabello como el oro, rubio perfecto, como todos esperábamos que fuera, como tus ojos, que más bonitos y luminosos ya no pueden ser. Pero lo que más me gusta, es que cuando decides regalarnos ese momento efímero de felicidad y te da por sonreír, dos preciosos, y ahora diminutos hoyuelos se dejan caer felizmente en tu cara de bebé.
Y así llegaste, y nos hiciste abuela, abuelo, bisabuela, tíos, primos, madre y padre, a todos. Y así llegaste y nos devolviste la felicidad que hace tiempo no teníamos. Que aún no entiendo como algo tan pequeño puede hacer que tengamos sentimientos tan grandes.

Y así llegaste y nos diste luz.






lunes, 11 de febrero de 2013

Felicidad.


Todos la buscamos fervientemente, y anhelamos abrazarla y retenerla con nosotros para siempre. Pero todos coincidiréis con que es tristemente escurridiza. Yo incluso, sintiéndolo mucho, voy más allá.
La felicidad es tan efímera como un pestañeo invisible o un bostezo rápido. Incluso a veces he pensado que ni siquiera existe. ¿Qué supone ser feliz? Ser feliz se da cuando muchísimos factores coinciden en un único punto. Perfecto, todo debe estar perfecto. Felicidad y perfección son dos conceptos que están muy unidos, mucho más de lo que podemos imaginar.
Ese estado que muchas veces creéis tener se llama estar contento. No voy a negar lo que es evidente; hay veces en las que puede parecer, o incluso puede que así sea, que seamos totalmente felices. Pero, qué raro, una mínima discusión trunca y estropea cualquier buen estado de felicidad, o puedo ir más allá, una muerte, una pérdida irreemplazable puede hacer mella en ti durante meses, incluso años, o lo que es peor, de por vida. ¿Por qué? Por la perfección. Muchos dicen que no existe, y sí, estoy de acuerdo. Nada es perfecto, siempre tenemos algo que sobra o falta en nuestra extraña vida, siempre algo sale mal, o simplemente se estropea lo bueno, siempre queremos incoherentemente algo más de lo que tenemos, siempre hay sueños que queremos cumplir y entorpecen hasta el más brillante de los día. Pero ¿Y si hubiera alcanzado todo lo que sueño, y aún así no soy feliz? Cierto, somos seres racionales, y aunque no lo parezca estamos socialmente unidos, quizá no tanto en conjunto humano de desconocidos que ni siquiera sabemos quiénes son, pero si unidos física y sentimentalmente a nuestros amigos, familiares y conocidos. Y aunque tu vida este en perfecta armonía, siempre habrá alguien que, orgullosamente, te importa, que está pasando por un mal momento, todos conocemos a alguien que hoy en día no es feliz; y como ya he dicho, perfección y felicidad van a la par, y si no está lo primero no existe lo segundo. Así de fácil es como nos han engañado.
Y ahora os preguntáis, tal vez, que habéis hecho durante tanto tiempo, y puede que también penséis que lo habéis hecho fatal. No, todo lo que sea intentar que tú y tus allegados se planten con una bonita sonrisa vale la pena. Da igual, llámalo como quieras, está bien intentar ser feliz. Pero recuerda que sólo dura un tiempo, un momento, un chasqueo de dedos... Hay que vivir lo mejor que se pueda en este mundo terrenal. Pero poco o mucho, que bien sienta eso ¡Joder! Disfrútala.

Puede que parezca que estoy loca, o tal vez sólo intento ser feliz...






Morder el cielo.

Un rescate, de eso, llanamente, se trata. Me rescatas de mis más penosos miedos, con tus abrazos, esos fuertes y sentimentales, de los buenos, con tus besos suaves, pasionales y extremos. Dicen, entre muchas cosas y locuras varias, que cada boca sabe diferente, pero no, es que la tuya si es diferente de verdad. ¿Cómo un beso tuyo puede transportarme a mundos extra corporales, inhumanos, ideales, trascendentes y metafísicos? Puede, pensarán alguno, que sólo estoy enamorada, pero es que antes incluso de saber que eras el hombre de mi vida, un besos tuyo tuvo demasiado efecto en mi. Cerraste heridas desde hace tiempo ya abiertas, calmaste nervios patentes día a día, me ayudaste a soñar hasta en los más perturbadores deseos incapaces de realizar, secaste, sin saberlo, la lluvia de mis ojos, así, tan fácil, con un bonito y limpio beso.
Difícil, lo sé, cada relación, cada nuevo amor, es difícil. ¿Pero que hay más bonito que algo difícil? Así es como debe ser todo, no sólo el amor, todo. Lo impresionantemente difícil, hace que valga la pena, que sea valioso luchar, luego, sin duda, saboreas más el resultado; y no importa, incluso, que a veces no obtengas el resultado esperado, pues, al menos, es mejor que no haberlo intentado y quedarse con la duda de aquellos que, un día, pondría haber sido.
Inviertes cada estado de ánimo. Las noches oscuras, siniestras, dolorosas, cuando las pesadillas del pretérito vienen y me sacan un frío y cortante grito, tú, amor, me devuelves al presente, y no sólo me calmas sino, que además, las pesadillas salen volando, que casi no las veo irse, y los sueños se adueñan nuevamente de mi. En las mañanas, que por muy soleadas y calurosas que sean, sigilosas vienen grisáceas a apoderarse otra vez de mis más flacos y pesantes ataques de soledad, tú con una simple llamada, me abres los ojos y me recuerdas que el día será como yo quiera que sea. Me dices cosas que nunca jamás había oído antes. Me enseñas que un hombre puede ser lo peor, pero también lo mejor que te puede pasar en la vida.
No importa, para nada, que las ciudades natales de las que venimos sean totalmente opuestas a la par de distanciadas, el amor es universal aquí, allí, en cualquier raro lugar. Lo que verdaderamente importa, es que hoy por hoy, estamos destinados a estar juntos, somos polos opuestos que se atraen, somos personitas que son empujadas hacia la misma dirección donde el otro se encuentra. Tú hacia mi. Yo hacia ti.

Efectivamente, el cielo se puede morder, y esta riquísimo.



Una gran Paloma.




Has desojado la primavera con su flor
con tu sumisa y lenta partida,
el recuerdo que dejas no es mucho mejor.
Se fueron las mañanas agradables de abril,
en mi colmada y opaca mente sé,
que la carretera fue
la ultima en verte sonreír.
Recuerdo cada ápice que traías con el viento,
que de lejos que te toco
ni sabes, ni conoces lo que siento.
Traes la carne viva en mí,
como un día libre, nuevo y sin fin.
En cada sonrisa
 me acostumbro a dibujarte,
que los roces de tu piel
me resultan sofocantes.
Sigues siendo esa gran Paloma
Tan blanca y perfecta,
que prefiere volar por los cielos de Roma.
Así te vas,
arañando el denso viento
robándome un día más
Incapaz el aliento.