martes, 27 de agosto de 2013

"La parte de los ángeles",amor.

 Me gusta el olor de tu cuello después de hacer el amor, el sabor de tus labios cuando acabas de devorar un helado de cookies, me gusta el temblor incoherente de tus manos porque parece que temen el mundo y todo lo que esconde y no acabas de entender. 
Adoro tus ojos color líquida miel y esa forma tan sugerente que tienen de aplastar y convertir en polvo todas las metáforas de mi prosa. Me encanta como me quieres y lo sencillo que parece que sea quererte-aunque luego es un éxodo imposible, una carrera interminable-
Me gusta como no sabes bien tu sonrisa a media luna y la carcajada sonora que enloquece toda la vía láctea. Me vuelve loca cuando eres feliz y se te nota, y conviertes lo malo en bueno, lo negro en blanco y lo difícil en fácil; me gusta porque me haces ser feliz a mi también, aunque sea por efecto de choque y rebote. Adoro saber quien eres y en un arrebato extremo descubrir que eres otra persona diferente-aunque me descomponga el corazón- Me gusta que no quieras a nadie tanto como te quieren a ti, aunque eso me incluya a mi también.
Amor, me gustaba cuando me abrazabas y me enseñabas a paralizar cada uno de tus tendones y luego me decías "otra vez", me encantaba acomodarme en tu pecho y perderme en el latir de eso que decías te había secuestrado yo; me gustaba escribirte en la espalda y que luego te giraras y sonrieras sabiendo todo lo que había querido poner. 
¿Sabes? Me gustaba que sonara el móvil a las 10 de la mañana, y aunque la mayoría de las veces nunca lo escuchaba, adoraba leer tus buenos días alegres y tus te quiero falsos. 
Me gusta haberte creído, porque a veces la mentira nos hace vivir mejor ¿No es así como funciona tu sonrisa? 
Odio la mierda de cama que rechinaba kilómetros bajo tierra y que no nos dejó desplegar el amor; odio  también la manta roja con la que anoche me tapé, pero esta vez sola. 
Oye, tal vez debería haberte seguido; tal vez encontremos el camino de vuelta y aún tengamos esperando para nosotros "La  parte de los ángeles"

lunes, 26 de agosto de 2013



Me paré para acariciar tu pelo, largo y oscuro como la noche en la que partiste. Me paré para quererte como hace tiempo no te quieren, como siempre quiere una hija. 
Es lo único que nos queda ¿No? nos queda soñar la una con la otra, nos queda imaginar paisajes únicos decorados con besos que no sé a que saben, que no sé lo tiernos que son.
Hice una pausa en la costumbre y me acomodé pensando que las cosas jamás posarán como tendrían que posar; que la vida nunca será vida, ni las sonrisas serán reales, ni las lágrimas serán ríos de esperanza perdidos en la selva de la pena, escondido en el bosque del dolor.
He parado en este día, en este tiempo y me pregunto ¿Dónde cojones estás ahora que tanta falta me haces? Dime, ¿Dónde estabas para decirme que me quedara donde estaba y no saltara hacia la nada? 
Me he parado porque me he cansado de esperarte, he lastimado ya mis ojos de buscar entre algo que no existe, he volcado ya mis ganas y aplastado mi entusiasmo convenciéndome de que algún día volveríamos a vernos, pero después de tantos años ya me parece un imposible, joder. 
Estoy parada quien sabe donde porque estoy llena de temblores, escondida de golpes, imaginándome que tal vez las cosas serían más bellas con tu presencia, puede.
Me gustaría dormir en tu cálido abrazo, me gustaría volver a ser una niña y con el estupor más eléctrico decirte que te quiero, porque en realidad no sé si lo sabías o lo sabes... Ya ves, no sé ya si hablar el presente o en pasado, siempre me pasa.
Que la vida parece una gran mierda pintada de purpurina, brillante por fuera, podría y asquerosa por dentro. 
Y he parado en nuestro sueño ¿Recuerdas Paloma? para que me enseñes de nuevo el camino, para que echarte de menos no sea el precipicio más monótono, para nacer de nuevo en la vida, morir de nuevo en la muerte. 

Estoy parada porque sin ti ya no sé caminar.