sábado, 28 de febrero de 2015

Si pudiera.

Si pudiera elegir, 
enturbiaría más mi alma,
atraparía la locura 
reteniéndola en mi palma.
Seguiría en mi celda de alienada,
transeúnte, perturbadora de palabras.
Hipotecaria cada sueño,
embargaría mis recuerdos,
completos pero rotos en fragmentos.
Repelería  esta calma insana,
la estremecería y lanzaría,
cerrando y mojando una a una mis pestañas.
Si pudiera volver a mirar,
cerraría mis ojos para no ver nunca más.
Rezaría sin creer,
en aquellos dioses del Olimpo que caminan por doquier.
Si pudiera volver a mirar,
vería desde tus ojos, tus pupilas,
cómo es ese final,
de enfrentarse a la muerte,
ver mi alma como vaga 
sin nada ni a nadie que se le aferrara.
Si pudiera volver a sentir,
querría el parpadeo de esa mañana de abril,
sentir tu último sol, 
verte guapa y contenta sin parar de conducir.
Si pudiera querer,
querría ser tus manos,
para sentir que se siente 
dándome un único abrazo.
Querría ser tu risa,
para sentir la cosquilla
cuando pincha la felicidad precisa.
Si pudiera volver al ayer,
escribiría paso a paso,
todo aquello que pensé.
Y si pudiera ser escrito,
sabría que hay dos cosas que 
ahora necesito,
tener algo que decir primero
y luego decirlo.
En cuanto pudiera, 
quitaría de mi mente esta ira,
pero seguirían tan unidas,
como la rosa y la espina.
Querría sentir al suicida, 
derramando entera su vida 
por los roces incorrectos 
con la droga y con el sida.
Pensando que la vida no le admite, 
dice que haber nacido 
ahora es su talón de Aquiles.
Querría entender 
como el dolor no se comparte, 
que el rojo de la herida,
no resulta ser constante.
Abrir mis suspiros, 
para meterme en escondrijos. 
Y que mis secretos fallen
en boca de esa gente no fiable.
Querría ser la hoja,
que vaga por la ciudad,
quería ser ese gato 
que daría sus siete vidas
por una caricia más.
Querría ser los  ojos,
que se entornan en la tempestad,
para mirar sin miedo,
un enero sin su hielo  
en el insomnio dormido, 
cuando despierto y me desvío.
Si pudiera empezar de cero, 
conjugaría correctamente algunos verbos,
Creernos, abstenernos, 
entre ellos. 
Querría devolver 
Aquellos besos que debo,
y para eso unos cuantos
tendrían que bajar del cielo.
Y querría,
de nuevo, entre unos brazos
aprender a ser adicta, 
sin saber que en ese instante 
la vida se vuelve estricta. 
Y volvería a vivir de nuevo, 
uno a uno mis tropiezos,
Siendo ilógico, incorrecto y ateo.
Tantos lastres a medias, 
en unos versos poco libres, 
y deseando que mi alma 
sea libre cuando emigre.
Rotos a medias, 
escenificando y decorando
una mala  comedia.
Si pudiera ser teatro,
pediría una escena intermedia, 
para resolver el acto,
como  Hamlet en tragedia.















jueves, 26 de febrero de 2015

Princesa de barrio.



Estoy encriptada, 
soy difícil de asaltar como una guerra bien forjada.
Insospechada,
en cuantos vuelos perdidos 
me he escondido y dividido por suspiros infringidos.
Un poco cínica, 
en este bache emocional que me tortura y me intoxica.
Prosa ficticia, 
cansada de rogar un simple beso,
una tierna caricia.
Mente incompleta, 
que rebusca, y ejecuta con su luz ultravioleta. 
Mentira pura,
en ese lastre, y un motor que no carbura.
Palabras viajan, 
almas que suben pero nunca bajan,
y mientras corro, 
como un ladrón que perseguido ya no ataja.
Chica de horarios, 
que rompe y corrompe, 
y un segundo es un calvario.
Abrazo suicida 
que nadie aprieta,
nadie salva, nadie cuida. 
Y en este mundo, 
quiero ser una princesas loca
que va al baño a mear y no se retoca,
luego se queda en casita y con poesía se coloca.
Princesa de barrio,
que sobre su rumbo va cambiando,
que frasea, no respeta,
violando raperos fumados.
Chica de barrio, 
escondida en el calibre mas viejo y cargado.
Princesa rara,
homicida agraviada,
Y ni un solo abogado que pudiera acusarla. 
Loca ilustrada, 
drogadicta  de poemas,
que no sigue sus lemas, 
Y no respeta ni tolera aquella norma suprema.
Princesa loca,
sucio corazón cabrón, manos violadoras y perfume en la voz,
sin maquillaje y limpia cara con jabón.
Libre, con alas invertebradas, 
que no quiere bombones ni putas flores brotadas.
Movimiento esquizofrénico,
repelo esta sucia realidad, 
no me complico. 
Y te callas si no te gusta mi verso, 
que no eres un genio ni un reputado critico,
incapaz de empatizar,  o un puto cínico. 
A Ver ¿Cómo te explico? 
Ni eres buena, ni poeta, 
ni te busco, ni te ubico. 
Si esta letra no te entra, 
ven aquí que te lubrico, 
¿Cómo te explico? 
Que dejes de leer, no fantasees,
que no te la dedico. 
Mueve el dedito, 
y señala en otra sala a otra bala,
deja mis musas, 
que con tu gesto de pregunta solo asustas. 
Y mira escucha,
estás hundida, sin quien te mire y te soporte, 
una vida vacía, ni un solo sueño que te aporte.
Y luego hablas y evalúas de lo que el resto escribe, 
y no sabes que no hay puños que mis ganas las derriben.
Hojas vacías, 
Que hace tiempo que no llenas, 
y te dedicas a insultar unas letras ajenas.
Pero te quejas, 
que si escribo solo un drama, 
pero no soy una puta cría que pierde sus formas y difama.
Luego dices, luego ladras, 
que uso victimas palabras, 
¿Y tú qué sabes si he sufrido, cuando la vida se resquebraja? 
¿Si llorado o subsistido con un llanto reprimido? 
¿Si he buscado entre las estrellas el brillo de un ser querido? 
Y es que no sabes, que el drama es un gran tema, 
Inculta, gilipollas, so mema, 
¿Y es que nunca has leído? 
Que hay miles de poetas que escriben cuando están dolidos. 
Y luego dices "experiencia y edad es lo mismo"
cuando a veces están distanciadas entre un gran abismo.
Y no desisto, 
Mientras yo escribo tu le rezas a tu Cristo, 
por si te ayuda y te inspiras, 
Pero el tiempo corre y los días, lista, se te expiran,
pero respira, inspira,
Que cuando tengas una letra, solamente  un trocito,
Yo tendré terminado todo un puto manuscrito.