sábado, 2 de abril de 2016

En estos últimos años he sobrevivido a sonrisas que no eran tuyas.
Tengo guerras en mis ojos, trincheras que andan firmando treguas con el ayer. En mis ojeras hay atardeceres buscando noches a tu lado, y solo encuentro una jauría de soledad. Sé que no vas volver, la muerte no regresa para nadie. Pero la anemia del pasado se ha instalado a cachitos en mis huesos. A veces puedo domesticar este vacío, recomponer cada trozo de mí, pero sigo teniendo frío de ti.
No soy digna de acariciar tu recuerdo. De acicalar tu voz ahora que ya es ajena. 
No valgo para escribirle al viento, ahora que tú no domas huracanes.
Intento vaciar la distancia entre todas tus miradas que aún me quedan por besar. Pero el cielo queda alto para poetas inexpertos. 
Me quiero libre, aunque mis alas estén invertebradas, yo sigo coleccionando insomnios para escribirle a tu fantasma.