+ ¿Perdona, S?
- No te hagas el tonto, anda.
+ No me hago el tonto, muchas veces no sé de que hablas.
- Hablo de que te quiero, de que me enamoré ese día que me abrazabas de esa manera tan tuya, que me volví loca y me perdí en todas las costuras de tu piel desnuda y que no tengo interés en volverme a encontrar. Hablo de que adoro ser el pensamiento que entorpece tu cordura, que adoro tener tu espina en mi retina y todo tu olor en mis cortinas.
Nunca supe, hasta ahora,
que tu bebías los vientos por mi mucho antes de yo saber que existías.
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