He colocado manualmente los caramelos de tus virtudes para no vomitar sobre mi indiferencia, he salvado las distancias para no abrazarte en la penumbra, he bombeado mi nerviosismo para no manchar mi sombra. Pero ¿Qué más da?
Que da igual porque lo connatural que siempre estará en mi es que te quiero, por encima de cualquier
mierda absurda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario