martes, 21 de mayo de 2013

Sigo siendo.

Ya he bebido los vientos por ti en otra vida. Yo sigo siendo el aire que sigiloso y puñetero se posa inesperado en tu espalda. Nada más que el barullo de la gente cuando corre, corre porque llega tarde, como corro yo para suavizar tu mal día. Soy sólo otra que pasea impertinente por los lunares ocultos, secretos y bellos que tu cuerpo fabricó para hacerme nacer y morir al mismo tiempo, esas cosas que sólo saben hacer algunos putos genios. Sigo siendo aquella que sujeta tu ambigua caída, o que a veces si no logra llegar te ayuda a levántate, a coger con tus manos las cosas buenas que no eres capaz de ver o de tocar. Otra más, que se guarda cada una de las veces que sonríes, que sonríes bien, justo como a mi me gusta, justo cuando la locura esta por encima de ti, de mi, del ruido de las olas. Soy otra más a la que no perdonas que el tiempo sea tiempo, y que no corra tan deprisa como tu querías o esperabas. Limitarme a quererte, como otra y ya esta, una costumbre que hace que el azúcar deje de ser tan dulce.
He colgado en otras ocasiones en la puerta el cartel de "no molesten", pero no lo ves, y entras otra vez; pisas el único trozo del motor de mi existencia y luego dejas de molestarme porque entonces lo molesto sería que te fueras. Aún así te vas.
Soy aquella sobre la que recalan cada una de tus lágrimas, aquellas en las que el pañuelo dejó de ser suficiente, pasó a ser pequeño. La que explosiona cada latido y lo absorbe hacia dentro para toda la eternidad, para que no lo oigas, para que no lo retengas para siempre en tu tímpano, aquel cansado de oír los te quiero falsos. Esa luz que aunque pequeña, siempre estará encendida para cuando tus miedos estén ocultos en la maldita oscuridad.
Esa que ya no espera nada- o quizás si- la que te coge de la mano y te aprieta para hacerte sonar kilómetros bajo tierra .
Sigo siendo yo, sobre la que se esconden las ansias de gritar alto por ti- hacia dentro- cuando el universo se te queda pequeño, y el mundo deja de ser bueno; la que siempre, siempre, soplará la arena que tapona tus pupilas.

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