martes, 14 de mayo de 2013

Dejé de quererte.

-Dejé de quererte. Es así de triste y de cruel, pero dejé de sentir amor por ti, o confundí lo esencial que eso conlleva, y no relacione bien los sentimientos entre cariño y amar.
Normalmente dicen que no hay motivos para querer ni tampoco para dejar de querer. Pero en realidad, siempre hay un motivo cuando algo nace y cuando algo se marchita, se muere. No soy el hombre más valiente por ello, pero si el más sincero.
Dejé de quererte, porque tus gestos y tus manías dejaron de parecerme virtudes y comenzaron a ser defectos insoportables, incluso asquerosos. Suena feo, pero es así. Dejé de amarte, porque ya no me parecía fascinante hacer el amor contigo, dejó de gustarme tu forma de bailar, dejó de gustarme la manera tan inusual en la que torcías lentamente los labios para pegar una infinita calada. Tus pechos dejaron de parecerme perfectos, tus manos ya no tocaban como antes, y tus besos lentos me parecían aburridos.
Dejé de amarte, porque dejaron de gustarme las cosas que en realidad nunca antes me habían gustado; dejaron de gustarme las mariconadas de películas de amor, donde siempre acababas llorando, dejó de gustarme las palomitas con sal, porque siempre antes me habían gustado de colores y con azúcar. Dejaron de gustarme los domingos en el sofá, con manta y caricias.
Dejé de quererte, porque empezaste a ser posesiva, a no dejarme salir con los colegas, a quererme siempre para ti sola, empezaste a dar saltos gigantes: pasaste de un par de veces a la semana a casi todos los días; luego pasamos a vivir juntos, a tenernos todo el día. Dejé de quererte porque tú querías casarte y tener la parejita de bebés, con chupetes y pañales incluidos.
Y simplemente dejé de quererte porque dejé de ser yo mismo, perdí mi identidad en uno de los tantos días en los que te iba a buscar, perdí toda mi esencia. Deje de ser aquel que un día conociste.

+ ¿Y qué cojones quieres ahora?

- Quiero volver contigo.Es incoherente, lo sé. Pero la coherencia es de cobardes; es de aquellas personas que no admiten sus errores y no se dejan avanzar. He sido sincero, y esa es la verdadera razón, las verdaderas razones por las que te dejé como un auténtico cabrón tirada y destrozada. Pero con la verdad se va siempre por delante ¿No? Y ahora me he dado cuenta que te necesito. Porque eso que he descrito se llama rutina. Ahora me doy cuenta lo mucho que tenía contigo y lo poco que tengo sin ti.

+ Pero yo dejé de quererte. Porque si tienes todo a manos llenas para entregar, y en ese momento, en ese preciso momento no se grita ni se entrega...Ese momento pasa de largo. Y ahora me doy cuenta todo lo poco que tenía contigo y lo mucho que tengo ahora sin ti. Ahora soy yo y he recuperado mi verdadera identidad, sin ti.


"El tren pasa de largo, cógelo, aprovéchalo. O de lo contrario no salgas más a buscarlo ni corras tras él"

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